Acerca de Nosotros

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A:  La ciudad que me creó,

que amo y que hoy me olvida...

Tengo 17 años y hace 45 que he muerto.

Tengo 17 años y aún mantengo los recuerdos de la vida que ya hemos olvidado.

Hoy, tengo la obligación tierna y triste de conversar contigo.

Escúchame, en este otoñal día el viento frío que rasga nuestras pieles.

La nieve fría nos acerca como seres vivos en la frontera.

Temuko, hoy tengo la obligación de escribirte, de sentirte, de susurrarte unos versos, como en el pasado transitando al presente y proyectándome al futuro.

Temuko, frontera de sueños y llampos de sangre.

Temuko, lluvia y paraísos que nacen y mueren y vuelven a nacer, para morir naciendo y nacer muriendo, en ese universo llamado Ñielol.

Temuko, trenes y ríos de historias de aguas siempre vivas, furiosas y nuevas, que besan raíces y limpian los ojos cuajados de lágrimas. Estas aguas de ríos, lagos y lluvias que en su devenir pulen rocas y piedras eternas.

A ese Temuko, a ese Temuko que es río Cautín. A ese Temuko que es puente entre fronteras. Tiempos. Luchas. Sueños. Tengo que gritar mi tristeza de 17 años.

Ustedes parece que entendieron de otra forma, que los largos olvidos del amor, se hacen nudos en gargantas colectivas.

Temuko me has olvidado y se ha hecho tan largo el olvido.

Temuko ¿es que ya no sabes qué debes olvidar?  Y en éste acto quieres borrar mis memorias de niño.

Tuve que aprender a despojarme de la tibieza de los brazos de mi mamadre

La acogiste en tu triste cementerio, porque mi mamadre duerme en tu tierra.

Llevo en mis manos y en mi pecho, pequeñas gotas creativas… las piedras del río Cautín, planas lisas y frías, en su canto descubrí el sabio silencio de las voces del río.

Temuko ¿Por qué quieres borrar, sacar y destruir de tu menoria mi puente?

¿Es tan grande el estorbo de mi memoria en ti?

Temuko, mis huellas en el tiempo del pasado y el futuro son eternas.

En tu afán desmemoriado quieres convertir en despojo la memoria centenaria de este pueblo

¿Por qué confundes dinero con progreso?

¿Por qué te ríes de los sueños?

¿Por qué quieres arrancarme de tu memoria y convertirme en un despojo?

Temuko, cuida mis pocas pertenencias, que son tuyas, mías, de todos y del mundo, y te prometo que, en cada huella de mi espectral juventud, de mi memoria de amante te traeré al mundo de manera que entiendan por qué en éste puente mi padre pasó guiando su tren.

Reí junto a Juvencio, Teillier le habló a sus abismos y un joven de San Miguel, se inmortalizó recordándome.

Te invito, te hablo, Temuko, Temuko.

Temuko, tú y yo, la poesía y la música estamos juntos, somos el mundo. Y no arranques un trozo de mi memoria para que el mundo no empiece a olvidarte. Porque estás borrando mis huellas, mis sueños, mis risas, mis lágrimas, mis versos.

Sé que ambos nos sabemos siempre, y que ambos ya no somos los mismos de antes, y podemos ser mejores.

Te escribo con tristeza, pero con la esperanza puesta a contraluz del falso progreso del dinero. Y con la mente puesta en que también dices: Somos Puente.

 

 

Ricardo Eliezer Neftalí Reyes Basualto, el mundo conocerá a Temuko con ayuda de mi nuevo nombre: Pablo Neruda.

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